La otra Mallorca. Frondosa, montañosa, sin aglomeraciones de ningún tipo y con fresco por la noche incluso en verano; a un paseo muy agradable por el maravilloso "Camí Vell de Lluc" al Monasterio. Una casa grande y perfectamente equipada, con excelentes porches, en medio de la naturaleza. Como únicas pegas, las camas incómodas y los problemas de cobertura. Todo lo demás, estupendo.